Fotografía 22: Familia Matrimonial de los montuvios
En el pasado siglo, o sea cuando el matrimonio era una institución de derecho eclesiástico reconocida por el Estado, la religiosidad acrecía el porcentaje de uniones sacramentadas y desterraba la simple convivencia considerada como un pecado.
El matrimonio en papel (civil o eclesiástico), para un montuvio no tiene mucha importancia por los ellos considera unión conyugal, es cotejar a la pareja luego que la halla enamorado consiste en ponerle en unirse.
La actual exigencia legal que da antelación imprescindible al contrato civil, sin el cual no puede efectuarse, bajo severas sanciones (prisión y multa para el sacerdote) el matrimonio religioso, ha traído como consecuencia un aumento del porcentaje de amancebamiento.
En las aldeas, este fenómeno no es tan visible como en el agro remoto. Gran influencia tiene, por cierto, en la disminución aludida, la explotación de los tenientes políticos rurales, que exaltan cuanto pueden a quienes pretenden casarse.
No obstante, ello, o quizá por lo mismo, las uniones son más duraderas; y, originándose en la atracción sexual amorosa, se van llenando de contenido económico (mutua conveniencia, ayuda mutua, proindivisión de bienes) a lo largo de la vida, y no terminan sino con ésta.
Los montubios son personas dicharacheras, sencillas, generosas, que en su cotidianidad mezclan lo moderno, pero mantienen viejas costumbres.
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